Son muchas y variadas las emociones que pueden aparecer durante el cáncer de mama. Reconocerlas y aceptarlas, te ayudará a comprenderte.
A lo largo de la enfermedad las emociones que puedas sentir pueden ser muy variadas. Éstas, suelen fluctuar en la mayoría de las personas. Sin embargo, en ocasiones si estas fluctuaciones son muy cambiantes e intensas nos pueden estar indicando que algo nos sucede.
– “Shock emocional”. Ocurre cuando la situación es impactante para una persona y necesita tiempo para procesarla y tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Suele aparecer ante el diagnóstico. Muchas personas que reciben esta noticia no suelen esperarla y esto afecta a su vida cotidiana. En ese momento es difícil reconocer que emociones se tienen, quedándose bloqueadas ante este nuevo reto. Al cabo de horas o incluso días, se consigue procesar lo sucedido, adaptándose a la nueva situación.
– Rabia. Esta emoción suele aparecer durante el transcurso de la enfermedad o incluso después de que se lleven a cabo los tratamientos. Algunos de los sentimientos suelen ser: no encontrar explicación de la causa de la enfermedad, no entender tener que pasar por duros tratamientos, verse modificados los planes que tenías, pararse algunas ilusiones, cambiar tu día a día, etc. son emociones muy comunes. Es frecuente que algunas personas lo expresen hacia otros sin motivo aparente, es decir, que se enfaden o se muestren irritables con otras personas cercanas, normalmente con quien se tiene más confianza, o con situaciones que antes no les estresaban. Si te sucede, prueba a identificar qué te genera esa rabia.
Si posiblemente es la enfermedad, háblalo o escríbelo o busca la manera de poder soltarlo (con deporte o de forma artística) para no dejar que esa emoción te gane tanto terreno y puedas encontrar como sentirte mejor. A veces puedes pensar que es mejor guardártelo, pero cuidado porque entonces pueden aparecer sentimientos como la “culpa” que aún puede generarte mayor malestar. Consejo: encuentra tu hobbie o algún deporte que te mantenga activa dejando la rabia de lado.
– Tristeza. Suele aparecer al sentir aquello que has perdido o que ha cambiado y echas de menos. Quizás es tu movilidad, tu imagen, tu estado físico. Sentir que no puedes hacer lo que antes te motivaba puede generarte tristeza y apatía. Consejo: Compártelo con otra persona, permitirte sentirlo y expresarlo, te ayudará a aliviar esa carga y a poder sentir otras emociones.
– Miedo. Puede aparecer ante determinadas pruebas o tratamientos. Si es así identifica cual es la causa del miedo para poder encontrar qué puede ayudarte a disminuirlo, como puede ser: pedir a algún familiar o amigo que te acompañe a la prueba, solicitar más información a tu oncólogo o enfermera, buscar distracciones en el momento del tratamiento, etc. A veces ese miedo puede ser por situaciones futuras, es decir que anticipes negativamente lo que pueda ocurrir. En este caso, puede servirte reflexionar sobre qué te da miedo, qué pensamientos podrían aparecen y ver lo fiable o no que son esos pensamientos.
Las emociones no son controlables, pero se pueden escuchar y entender.
Párate, observa, siente, comprende, respeta y libera, verás cómo te sientes mejor. Si no es así, acude a tu especialista de confianza.
Bibliografía:
– La ansiedad, el miedo y la depresión (Julio 2016). American Cancer Society. Disponible en: https://www.cancer.org/es/tratamiento/tratamientos-y-efectos-secundarios/efectos- secundarios-emocionales/ansiedad-miedo-depresion.html
– Depresión (Mayo 2016). American Cancer Society. Disponible en:
– Reacciones frente al Cáncer (2018). Asociación Española contra el Cáncer. Disponible en: https://www.aecc.es/es/todo-sobre-cancer/viviendo-con-cancer/reacciones-frente-cancer