Con frecuencia suelen aparecer pensamientos que nos pueden angustiar. Este tipo de pensamientos están muy relacionados con la anticipación negativa, es decir, pensamos en lo que nos puede ocurrir en el futuro (por ejemplo, si el tratamiento no funciona, si el dolor o molestia viene porque la enfermedad está avanzando, etc.)
Estos pensamientos pueden inquietarte alterando tu estado de ánimo, afectándote en cómo te relaciones con los demás, puede producir insomnio, hacerte sentir más apática… Por ello es útil aprender a manejar este tipo de pensamientos.
Además de estas técnicas, la práctica de la relajación a diario ayuda a disminuir pensamientos negativos y a aceptarlos. La meditación o mindfulness es realmente muy eficaz, dado que te enseña a situarte en el presente, en el día a día y a dejar pasar esos pensamientos del pasado o del futuro sin engancharte a ellos.
Recuerda que los pensamientos negativos aparecen con frecuencia. La aceptación te ayudará a aliviar el malestar.
Bibliografía: