Linfoma No Hodgkin: signos y síntomas
El Linfoma No Hodgkin (LNH) es un cáncer que se origina en las células del sistema inmunitario llamadas linfocitos, son un tipo de glóbulos blancos. Normalmente, empieza en los ganglios linfáticos, el bazo u otros órganos, pero a veces afecta a la piel.
Entre los síntomas que pueden hacer sospechar al médico de la existencia de LNH están:
- Aumento o inflamación de los ganglios linfáticos. Éste es el principal signo, un ganglio que haya aumentado su tamaño y sea palpable.
- Tener una masa extraganglionar (tumor sólido).
- Que el bazo se haya agrandado (esplenomegalia).
- Existen distintos subtipos, así que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) detalla síntomas más exactos como:
- Pérdida de peso, fiebre, sudoración en un 40% de los pacientes. Un 47% de los linfomas agresivos y menos del 25% de los indolentes presentan una fiebre mayor de 38º y pierde más de un 10% de peso.
- Menos de un 10% de pacientes de Linfoma No Hodgkin presenta cansancio, malestar general, falta de apetito y prurito en la piel.
- Un paciente también puede que presente tos, dificultad para respirar, dolor en los huesos o dolor abdominal.
Tipos de Linfoma no Hodgkin
Existen diferentes tipos de LNH, de células B y de células T. Los linfomas de fenotipo B son más frecuentes que los T, unas 8 o 9 veces más. Excepto en la edad infantil, en que los linfomas de fenotipo T son dos veces más frecuentes que los B. Y en estos casos, muchas veces mutan en forma de leucemia.
La clasificación de los linfomas es complicada, ya que hay una gran cantidad de realidades monofenotípicas y a lo largo del tiempo se han reconocido nuevas entidades. Actualmente, los médicos utilizan la clasificación recomendada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) donde se definen los siguientes tipos:
- Linfomas indolentes o de bajo grado. Progresan de una manera lenta y presentan una baja malignidad.
- strong>Linfomas agresivos o de alto grado . Progresan de un modo rápido y son muy malignos. Requiere un tratamiento de una forma más urgente. Sin embargo, las personas afectadas por LNH suelen responder bien. Entre el 60 y el 70% de los pacientes evolucionan de una manera positiva sin recaídas.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
En la mayoría de los pacientes no hay una causa conocida identificable. Aun así, los linfomas se pueden desarrollar en personas con sistemas inmunitarios débiles, como las que tienen infección por VIH o pacientes de trasplante de órganos.
Se conoce que el Linfoma No Hodgkin afecta mayoritariamente a adultos, con una media de edad entre los 50 y los 60 años. Y es más frecuente entre hombres que mujeres. Pero también se puede manifestar en niños.
En algunos estudios que se han realizado en la población de Estados Unidos también se ha observado que las personas de raza blanca tienen más probabilidades de padecer un Linfoma no Hodgkin en comparación con personas de raza negra o de raza oriental, aunque no se han definido las causas.
Lo que sí se conoce son otras enfermedades o circunstancias que pueden predisponer al desarrollo de un LNH:
- Pacientes que han recibido tratamientos previos con quimioterapia o radioterapia.
- Pacientes que han recibido un trasplante de órganos sólidos.
- Infecciones crónicas como la causada por el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), virus HPL1, infecciones por el virus de Epstein-Barr o hepatitis C.
- Enfermedades autoinmunes como el lupus o el síndrome de Sjögren.
- En algunas enfermedades gastrointestinales como la Enfermedad de Crohn.
- Enfermedad celíaca.
- Exposición a ciertas sustancias químicas, como los herbicidas, las sustancias petroquímicas o los tintes también pueden aumentar el riesgo del LNH.
- Algunos estudios han sugerido que el peso o la obesidad podrían aumentar el riesgo.
En España se diagnostican 3-10 casos por cada 100.00 habitantes, y es el séptimo cáncer en incidencia tanto en hombres como en mujeres. La mortalidad ha ido disminuyendo desde finales de los años 90, y esto se debe a la mejora de la eficacia de los tratamientos.
¿Cómo detectar el Linfoma no Hodgkin de forma temprana?
No existe un protocolo específico para la detección precoz del Linfoma no Hodgkin pero los médicos aconsejan hacerse anualmente un examen básico de salud, y se recomienda visitar siempre al doctor en caso de detectar algunos de los síntomas del LNH.
En general, no existe una estrategia de prevención eficaz porque la mayoría de personas no tiene ningún factor de riesgo que se pueda identificar. Pero existen algunas medidas a tener en cuenta como:
- Limitar el riesgo del virus de ciertas infecciones como el VIH o la Hepatitis C.
- Hacer lo posible para mantener un sistema inmune saludable, con pocas infecciones.
- Mantener un peso saludable, una actividad física moderada y un patrón de alimentación sano. Esto ayudará a tener un mejor estado de salud, en todos los sentidos.
Diagnóstico de Linfoma no Hodgkin
Antes de iniciar un tratamiento, el médico debe conocer diferentes aspectos de su paciente como:
- Qué edad tiene, y cuál es su estado de salud.
- Qué tipo de Linfoma no Hodgkin es.
- En qué estado se encuentra el linfoma.
- Qué síntomas tiene. Puede ser: fiebre, sudoración por la noche y pérdida de peso.
- Si las células malignas han afectado en otras partes del cuerpo, como puede ser el bazo.
Es muy importante que el médico conozca el tipo de linfoma para llevar a cabo el tratamiento. Empieza por hacer una biopsia del ganglio linfático aumentado. Es una pequeña intervención quirúrgica donde normalmente se cuenta con sedación y anestesia loco-regional, en la que el cirujano extrae todo o parte del ganglio. Así se podrá analizar y determinar qué tipo de linfoma es.
Además, se realizan pruebas para concretar el estadio en que se encuentra el linfoma. Se realiza:
- Analítica de sangre.
- Estudio de la médula ósea mediante una biopsia. De modo que se detecta si hay células del linfoma en la médula.
- Tomografía computarizada (TC) y tomografía por emisión de positrones (PET) para ver su afectación, si ha afectado a más ganglios u otros órganos del cuerpo.
Estadios del Linfoma no Hodgkin
Después de realizar pruebas para conocer el tipo de linfoma, es posible clasificar el LNH en diferentes estadios.
- Estadio I: El Linfoma no Hodgkin afecta a una sola región ganglionar o un solo órgano fuera del sistema linfático.
- Estadio II: El linfoma afecta a dos o más regiones de ganglios linfáticos en el mismo lado del diafragma.
- Estadio III: El LNH afecta a dos o más regiones de ganglios linfáticos, pero en ambos lados del diafragma.
- Estadio IV: El Linfoma no Hodgkin afecta a varios órganos, con o sin afectación de los ganglios linfáticos. En este estadio la enfermedad está extendida. A pesar de esto, tiene altas probabilidades de curarse.
No necesariamente un linfoma empieza en el estadio I, sino que puede manifestarse de una forma extendida. En general, más del 50% de los pacientes con un linfoma agresivo y más de un 80% con un linfoma indolente, tienen el diagnóstico en un estadio avanzado, en un Estadio III o Estadio IV. La curación no dependerá del estadio en que se encuentre, sino del subtipo específico de enfermedad a la que se enfrenta el paciente.
Tratamiento Linfoma no Hodgkin
Es importante que el paciente, para prepararse para el tratamiento, siga una serie de consejos:
- Actividad física moderada, dentro de sus capacidades.
- Cuidar la alimentación.
- Evitar beber alcohol, ya que puede influir en el metabolismo hepático de los fármacos que se administra en el tratamiento.
- Mantener un correcto descanso nocturno.
- Es importante que el paciente se sienta arropado por su entorno más cercano.
- Resolver todas las dudas del diagnóstico y tratamiento con su equipo terapéutico.
- Seguir las recomendaciones de su equipo médico.
- Conocer los posibles efectos secundarios que pueden aparecer por si se percata de alguno, poderlo consultar con su centro médico.
Tratamiento
Una vez se ha diagnosticado qué tipo de Linfoma no Hodgkin padece el paciente, se decidirá si hacer quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o terapia dirigida. En ocasiones incluso se puede realizar un trasplante de células madre o cirugía. Se puede dar el caso de que un médico decida suministrar una combinación de estos tratamientos, según la edad, el estado de la salud del paciente, el tipo y estadio del LNH. Pero antes de decidir qué alternativa es la más recomendable para el paciente, el médico analiza opciones como objetivos de la terapia, duración y efectos secundarios.
Un tratamiento varía en función de si es la primera vez que se le administra al paciente o es una recaída y, por lo tanto, vuelve a aparecer el LNH después de un tratamiento previo. Tipos de tratamientos:
- Inmunoquimioterapia. En general, los esquemas de tratamiento de los Linfomas No Hodgkin constan de seis ciclos de inmunoquimioterapia. Ésta consta de una quimioterapia convencional endovenosa, habitualmente, asociada a un anticuerpo monoclonal dirigido contra los linfocitos. En caso de obtener una respuesta completa, en algunos tipos especiales de linfoma, como el folicular, se pasa a una fase de mantenimiento con este tratamiento del anticuerpo monoclonal que se administra cada dos meses durante dos años. La terapia siempre dependerá del tipo de linfoma y de paciente. El médico es el que pauta dicho tratamiento.
- Inmunoquimioterapia y seguimiento. En otros tipos de linfoma, como el difuso de células B grandes, el tratamiento finaliza después de seis ciclos de inmunoquimioterapia y se pasa a una fase de seguimiento sin tratamiento.
- Autotransplante. En los linfomas más agresivos, como el linfoma de células del manto se contempla un autotrasplante en primera línea, después de conseguir respuesta. El objetivo es eliminar las células malignas del organismo del paciente administrando unas dosis altas de quimioterapia o radioterapia, y reemplazar las células enfermas de la médula ósea -que se denomina coloquialmente ‘la fábrica de la sangre’- por células sanas. Son células que se obtienen de la sangre –o médula ósea-, y pueden proceder del propio enfermo o de un donante. De modo que se realiza una transfusión de las células sanas al paciente.
- Quimioterapia intratecal. En algunos tipos de linfomas se contempla administrar quimioterapia directamente en el líquido cefalorraquídeo del paciente, que es el que recubre el cerebro, el sistema nervioso central. Para ello se necesita realizar una punción lumbar. Con este tipo de quimio se quiere proteger el sistema nervioso de las células malignas o si las células ya han llegado al líquido cefalorraquídeo el objetivo es tratarlo.
- Radioterapia local. En pacientes que se encuentran en estadios muy localizados o en los que queda una lesión residual después del tratamiento se puede plantear este tipo de radioterapia local.
- Terapia CAR-T. Es una terapia muy innovadora y prometedora, dirigida a pacientes que padecen el linfoma difuso de células B grandes o el linfoma primario de mediastino. Estos pueden recibir, después de dos líneas de tratamientos previos, una inmunoterapia tumoral llamada terapia CAR-T, que se basa en obtener linfocitos del paciente. Se rediseñan o reprograman para que detecten de una manera mucho más eficaz a las células malignas o cancerígenas, y sean capaces de destruirlas.
En el caso de recaída o cuando no se ha conseguido respuesta con el primer tratamiento se vuelve a administrar una inmunoquimioterapia, y según las características y situación del paciente se planteará consolidar la respuesta con un autotransplante.
Efectos secundarios del tratamiento del Linfoma no Hodgkin
Un paciente de Linfoma no Hodgkin al que se le está administrando un tratamiento puede sufrir algunos efectos secundarios. Estos también dependen del tipo de tratamiento y de los fármacos que se utilizan. Hay de dos tipos:
- A corto plazo:
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Úlceras en la boca.
- Neutropenia. Disminución glóbulos blancos.
- Anemia. Disminución glóbulos rojos.
- Cansancio.
- Plaquetopenia. Disminución de la cifra de plaquetas. Esto podría suponer un mayor riesgo de sangrado. Y puede requerir soporte transfusional con plaquetas.
- Caída del cabello. En el tratamiento para un LNH no caen ni las pestañas ni las cejas, y es reversible, de modo que se recupera el cabello una vez se finaliza el tratamiento.
- A largo plazo (efectos que se detectan a partir de los 5 o 10 años del tratamiento):
- Problemas de fertilidad. Para prevenirlo, en el caso de los hombres se puede realizar una criopreservación de semen (congelar semen), y en las mujeres, siempre que la situación clínica lo permita, criopreservación de ovocitos (congelación de óvulos).
- Toxicidad cardíaca.
- En los pacientes que se les ha administrado quimioterapia en el tratamiento del LNH tienen un riesgo más elevado de desarrollar más neoplasias, respecto a la población general, y con el paso del tiempo.
- Los pacientes pueden presentar varios síntomas o ninguno. Siempre en función del paciente, padecerá unos efectos secundarios u otros.