Calidad de vida y afectación psicológica en pacientes con EII
En 1930 se publicaron los primeros estudios que relacionaban la EII y los factores psicológicos y que hablan de como las experiencias emocionales negativas estaban asociada al aumento de síntomas gastrointestinales, pese a ello el enfoque clásico de las EII se ha realizado des de una perspectiva exclusivamente médica. En las últimas décadas sin embargo se ha demostrado que el tratamiento multidisciplinar, que incorpora entre otras la terapia psicológica, ofrece una mejora en la adherencia terapéutica y mejora la calidad de vida de nuestros pacientes.
La calidad de vida según la OMS se define como la percepción de satisfacción en las diferentes áreas de vida de la persona: dominio físico, emocional y de salud general del bienestar. Es por tanto un concepto amplio afectado de forma compleja por la salud física de la persona, el estado psicológico, nivel de independencia, relaciones sociales, creencias personales y su prelación a características principales del ambiente.
En el caso de la EII las personas refieren que los síntomas de la EII que más disminuyen su calidad de vida están relacionados con la incontinencia fecal y sensación de urgencia, real pero también por la anticipación ansiosa de que estos episodios puedan suceder en lugares públicos que generan sentimientos de ansiedad y estrés.
Otros síntomas que generan malestar son el dolor, la fatiga, dificultades en el área del sueño, perdida de identidad profesional (miedo a no poder realizar las rutinas laborales y académicas por los síntomas de la enfermedad). También la incerteza ante nuevos brotes, dificultades para aceptar el diagnóstico que generan sentimientos de rabia, frustración y tristeza, como explicábamos en el apartado de afrontamiento de la enfermedad. Un 48% de los pacientes con EII refieren que la enfermedad interfiere de forma significativa en su calidad de vida.

Además, los estudios que realizamos nos indican que existe una mayor prevalencia de sintomatología ansiosa y depresiva en los pacientes con EII que en las personas sanas y que hasta un 35% de los pacientes presentan sintomatología ansiosa y/o depresiva en periodos de remisión y hasta un 80% presentan ansiedad y/o depresión en época de brotes. Es importante explicar al equipo si la enfermedad interfiere en tu bienestar emocional para poder trabajar estos aspectos en la consulta o derivar si es necesario a salud mental.
Otro aspecto destacado en consultas es la afectación en la vida sexual de las personas afectadas de EII. Pese a ser un aspecto que puede llegar a ser poco explorado en la consulta es importantísimo comentar con el equipo si existen alteraciones o preocupaciones en esta área de la vida de la persona. Poder hablar de como repercute la enfermedad en un área tan importante como la sexual puede ayudar a generar soluciones o a compartir tus emociones con el equipo.
En cuanto al estrés sabemos que su papel en EII es bidireccional, el estrés puede estar implicado en el agravamiento de los brotes y también aparece como consecuencia de los mismos. Las persona con EII relatan en casi un 90% que tras episodios estresantes la EII puede agravarse pero también que la presencia de la enfermedad y de los brotes de los mismos generan niveles elevados de estrés en las personas que padecen EII. Por este motivo es tan importante aprender a gestionar el estrés para no sentirse sobrepasado por la situación de enfermedad.
¿Cuándo es recomendable solicitar ayuda profesional?
Si reconoces estos síntomas en tu día a día de forma frecuente, con intensidad y que persisten en el tiempo y si estos síntomas interfieren en tu día a día de manera significativa puedes explicarle a tu equipo médico lo que estas sintiendo, ellos pueden ayudarte o asesorarte para que pidas ayuda a un profesional de salud mental.
Redacción de la autora en base a su experiencia