Actualidad

¿Está justificado el miedo a la extrapolación de indicaciones en biosimilares?

Introducción

La directora de la Agencia Española del Medicamento (Aemps), Belén Crespo, considera que el principal reto de los medicamentos biosimilares en la actualidad está en la extrapolación de datos clínicos para otras indicaciones.


El concepto de biosimilar fue introducido por primera vez en la legislación europea hace más de 10 años (Commission Directive 2003/63/EC, Directive 2004/27/EQ) y entró en vigor en 2005. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) define biosimilar como un producto que es «similar» a un medicamento biológico ya autorizado (llamado medicamento de referencia). Desde la puesta en marcha de la legislación europea de medicamentos biosimilares, se ha aprobado la comercialización de al menos 30 de estos fármacos, que incluyen diferentes principios activos tales como somatropina, eritropoyetina, filgrastim, o insulina, entre otros, y varios anticuerpos monoclonales como infliximab, rituximab y adalimumab.


No obstante, y aunque en los últimos 10 años el uso de los biosimilares ha sido creciente y los profesionales sanitarios se han ido familiarizando con su desarrollo y con el procedimiento regulatorio que se sigue para su evaluación y autorización, los temores a una posible diferencia en la eficacia o a problemas de seguridad continúan patentes y se deben, en parte, a la falta de información del personal sanitario. Además, la extrapolación de los datos clínicos obtenidos a todas las indicaciones que posee el medicamento de referencia sigue siendo un aspecto controvertido.


Por ello, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), coincidiendo con la reciente aprobación del primer biosimilar de rituximab, celebró el pasado 3 de mayo una jornada informativa con el objetivo de actualizar la información sobre los aspectos regulatorios implicados en la autorización de los medicamentos biosimilares, exponiendo los criterios científicos que se emplean en su evaluación y que permiten la extrapolación de los datos clínicos a todas las indicaciones que posee el medicamento de referencia.


El principio central que guía el desarrollo de los biosimilares es la comparabilidad entre el biosimilar y el fármaco de referencia, es decir, el establecimiento de la similitud entre ambos y la exclusión de cualquier diferencia relevante. Se trata de un ejercicio exhaustivo que debe demostrar, mediante una serie de estudios no clínicos y clínicos, que el perfil de calidad (características fisicoquímicas, actividad biológica, etc.), la eficacia y la seguridad del biosimilar  son comparables al biológico innovador. En este sentido, Marcos Timón, Jefe de Servicio de Biotecnología y Terapias Avanzadas de la División de Productos Biológicos de la Aemps, ha explicado que los estudios de comparabilidad ya se realizan desde hace años entre los productos innovadores (cada vez que hay cambios en su proceso de producción), lo que demuestra la experiencia del organismo en la evaluación de estos estudios.


Respecto a los criterios biosimilitud que debe cumplir un biosimilar respecto a su biológico de referencia, Sol Ruiz, jefa de la División de Productos Biológicos, Terapias Avanzadas y Biotecnología de la Aemps, reconoció que la única característica es que “deben ser altamente biosimilares”. Es decir que no existe una medida o un porcentaje, por tanto es “un criterio que es interpretable. Depende del producto en sí y caso por caso”. Recordó también que “un biosimilar no puede servir como producto de referencia para otro biológico”.


La extrapolación hace referencia a la aprobación de un medicamento biosimilar para el tratamiento de enfermedades o condiciones para las que no ha sido estudiado de manera específica. Esta aprobación se basa en el elevado grado de similaridad existente entre el biosimilar y el biológico de referencia. Los factores que se tienen en cuenta a la hora de aprobar la extrapolación de indicaciones se basan en pruebas generales obtenidas del ejercicio de comparabilidad y con la correspondiente justificación científica -si quedan incertidumbres derivadas de los datos que se han proporcionado- y en la existencia de un perfil aceptable de seguridad incluidos los datos de inmunogenicidad. Por este motivo, una vez que se demuestra la eficacia y la seguridad para una indicación, medida en base a criterios clínicos y empleando para ello la población más sensible posible, el uso del biosimilar podrá ser extrapolado al resto de indicaciones para las que el medicamento de marca está autorizado.


No obstante, si bien los expertos han alcanzado un consenso considerable en muchos asuntos que han generado polémica con la aparición de los biosimilares, en otros aspectos los acuerdos son más difíciles de conseguir. Tal es el caso de la extrapolación de indicaciones. Algunos consideran que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) es aval suficiente y que si ha autorizado un biosimilar para una indicación concreta no se debe desconfiar de esta decisión. Otros, sin embargo, consideran que no se debe extrapolar sino que se tienen que llevar a cabo ensayos clínicos completos para establecer cada una de las indicaciones de un medicamento concreto.


Durante el desarrollo de la jornada, la directora general de la Aemps, Belén Crespo, aseguró que “la extrapolación de indicaciones está perfectamente justificada en biosimilares” y afirmó que a pesar de las dudas citadas anteriormente, los fármacos “están siendo bien aceptados por los profesionales. Solo hay que explicarles bien cómo se ha llevado a cabo la labor de extrapolación”.


Finalmente, en palabras de la directora de la Aemps, la agencia apuesta por los biosimilares y su desarrollo, puesto que pueden solventar el problema de acceso a los fármacos biológicos, motivado por el elevado coste. “La legislación europea de biosimilares surge por este motivo”;  “lo importante es que los reguladores aclaremos a los clínicos que tienen que utilizar estos medicamentos, y a la industria que los desarrolla, cualquier duda que pueda surgir, transmitiendo a la sociedad confianza en su uso. La Aemps está ahí para resolver todas las cuestiones que surjan ahora o en el futuro”.


¿Seguirá abierto el debate sobre la extrapolación de indicaciones? La experiencia práctica con los biosimilares que ya están en el mercado, permite afirmar que, hasta hoy, la respuesta terapéutica es equivalente a la del fármaco de referencia en cualquiera de las indicaciones autorizadas. Se hayan autorizado, o no, por extrapolación. Tiempo al tiempo.